Nuestra eco-artesanía sostenible se basa en dar nueva vida y revalorar residuales y subproductos de todo tipo, y nos ha permitido dar a conocer algunas de las propiedades más diferenciales de los bioproductos empleados  en su elaboración.

Entre las más importantes, la NO necesidad de cocción que nos diferencia en gran manera de la fabricación de la cerámica tradicional y supone a su vez, un considerable ahorro energético, un proceso de manipulación mucho más simple  y sobre todo bastante más rápido. 

Mercados tan exigentes como, por ejemplo, el Alemán o el de Estados Unidos aprecian nuestros bioproductos, no sólo por su diseño informal, su escaso peso o su similitud con la cerámica, la piedra o el mármol naturales, sino también por su resistencia térmica que, en el caso de las jardineras, en invierno, protegen mucho mejor de las heladas las raíces de la plantas y en verano, tienen un menor consumo de agua porque sus paredes térmicas disminuyen el recalentamiento del sustrato y consecuentemente,

su proceso natural de  evaporación.

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