Mientras los sistemas tradicionales basan su flotabilidad en el desalojo de agua mediante el vacío interior de su casco, como en el caso de los barcos, o en el empleo de gran cantidad de derivados petrolíferos espumados como poliestirenos, poliuretanos, etc. en el caso de las boyas y otros flotadores más modernos, los nuevos eco-sistemas flotantes patentados “compedra” y “rocsuro” combinan el elemento aire, ya almacenado en los propios residuos y subproductos, con un bio-mortero o argamasa de muy baja densidad que los aglomera, petrifica e integra, formando así una masa robusta y flotante a muy bajo coste y de una enorme “sostenibilidad”.
DESCARGAR FICHA